MI QUERIDA TUNTENHAUS

Las palabras no son suficientes para expresar lo que siento por ti, mi amada Tuntenhaus.

Ahora que estás en peligro, es hora de declararte mi amor:

Desde la primera vez que te vi, mi vida cambió, ¡oh, Tú Tuntenhaus!

Me acogiste. Estaba parade afuera, mojade bajo la lluvia, yo, con mi maleta. Congelándome en la esquina, esperando por “dinero fácil”. No preguntaste de dónde vengo, de dónde soy. Encendiste un fuego en el horno: Una Tuntenhaus, cálida para todos, y pensé que esto podría convertirse en un romance.

Una vez, en la pista de baile, completamente borrache, estuve a punto de caerme. Pero tú, Santa Tuntenhaus, me sostuviste con tus muchos brazos.

En los meses siguientes me ignoraste un poco, ¡perra! Autónomo y genial. Pero luego, en debates sobre emancipación y autodeterminación, me defendiste contra toda hostilidad y estigmatización. Tomaste posición contra las deportaciones y la injusticia global. Y esto no es a lo que normalmente estoy acostumbrade, aquí en el país. ¡Pero tú, Tuntenhaus, amas sin fronteras!

Cuando empecé a tomar PrEP, al principio estabas tan reservada, casi molesta. ¿Me estabas juzgando? Después de algunos meses, o años, te acostumbraste. Incluso me apoyaste en mi misión con PrEP, llevando el mensaje a quienes lo necesitan. Tú, Tuntenhaus, el gran donante..

Tus contradicciones internas son magnéticas. Pero a veces discutes tan alemán que es mejor que guarde las cosas para mí misme. Y te observo y te admiro, hermana Tuntenhaus.

De ti aprendí lo que “pobre, pero sexy” realmente significa: ¡Eres una cerda sucia! Hacer travesuras detrás de las cortinas, pociones de amor, manoseo, comuna sexual queer. Sueño contigo y conmigo en la bañera, hermosa Tuntenhaus.

Y luego está esta “forma alternativa” de tu vivienda: poliamor-colectivo, molesta en las asambleas, el sótano simplemente inaccesible, el baño a medio escalón, pero tus alquileres son solidarios. Aunque no puedo hacerlo como tú: No se puede vivir sin ti, Tuntenhaus, en esta ciudad.

A veces en mis sueños te llamo “mi pequeña Trans-Tuntenhouse”. Con ternura, mientras te envío todo mi amor láser, te pregunto: ¿Por qué no deberíamos vivir todes juntes? En una casa segura, en todos los colores del universo, en la Tuntenhaus.

Y luego llegó ese día: cuando te dije que soy VIH positivo. Pero solo encogiste los hombros y no dijiste mucho. Desde entonces siempre me sentí como en casa contigo. Envejeciendo con VIH, o apenas siendo positive desde la semana pasada, eres un espacio seguro para muches, por un momento, para toda la vida. Todos somos positives. No nos dejemos cansar del SIDA, esta lucha no ha terminado. Muévelo, y nunca nos detendremos. ¡Act up, Tuntenhaus!

Eres: Labiales y Veto. Fagotismo y Discurso. Asamblea Emo y Shows Drag. Arrecha en tacones altos. Chaparreras de cuero y unicornios. Urinella y Drama, Marica y Casa…

¡Pero espera! – Esta es una carta de amor y por eso te pregunto ahora: ¿Tuntenhaus, quieres andar conmigo? – ¿Willst du mit mir gehen, Tuntenhaus?